La elegancia del erizo

No es fácil esribir una novela en primera persona y en presente, la pareja más compleja a la hora de utilizar la pluma. No solo entraña dificultad para el que la escribe, sino también para el que la lee, pues el presente es un tiempo que puede resultar tedioso tras un buen montón de páginas. Si a esto añadimos las clases de filosofía que nos da la autora (Muriel Barbery) a través de sus personajes y el hecho de que ambas protagonistas destacan por su increible inteligencia, la novela puede ser insoportable. Ahora bien, si tenemos paciencia suficiente para superar las primeras 120 páginas (más o menos) nos encontraremos con una obra agradable, delicada, con una historia trivial pero bella.
Quizás lo que menos me ha gustado es el personaje de la niña, su forma de pensar en muchos casos y sus relexiones sobre el movimiento. Aunque entiendo que es una niña despegada de la vida, su forma de ver muchas cosas me parece triste y desagradable.

No emociona como otras novelas, no es tanto como parece, pero tiene también su mensaje positivo y su magia.

"Buscaré los siempres en los jamases"