13 julio 2010

España ganó. Todos ganamos.


¡Me encanta la energía que flota en el aire, positivismo y alegría en estado puro!
Entre tanta crisis, huelgas y desgracias varias ya iba siendo hora de tener algún premio, algo que nos devolviese esperanza, que nos hiciese sentir bien.
¡¡Por fin!! Después de intentarlo y quedarnos siempre viendo desde lejos como otros se alzan con la copa, Hemos ganado el mundial de futbol.

El juego holandés fue sucio, lleno de faltas descaradas. Aunque su juego no era malo optaron por actuar como los “malotes del cole”, instigando a los españoles con pisotones, agarrones, patadas (una de ellas voladora) y torturando al árbitro con sus continuas quejas. Su juego a través de la violencia no les sirvió de nada.
Los españoles se esforzaron por dar un buen juego y satisfacer a todos. Optaron por formar equipo, trabajar todos juntos y luchar hasta el final. Como método fue más sabio y más adecuado. Materializaron su esfuerzo y buen hacer en un gol que dio la victoria a la Roja.

Hay una realidad incuestionable: somos buenos en deportes. Paradójicamente el futbol, nuestro deporte por excelencia era nuestro talón de Aquiles. Ahora, nos hemos dado un buen chapuzón en el río Estigía… ¡Ya no tenemos puntos débiles, tenemos nuestra primera estrella!

Por ser españoles, siempre caminamos con cierta vergüenza, sentimiento de inferioridad, pero el deporte nos esta devolviendo la confianza. Somos un país pequeño y nos sentimos pequeños aunque vayamos alardeando de falso orgullo. Este es un buen ejemplo, si nos lo proponemos podemos llegar donde queramos. Así que dejemos de mirar al suelo o en su defecto, al cielo y empecemos simplemente a caminar con la vista al frente, conscientes de lo que valemos.

Mis dos momentos favoritos:
La trayectoria del pulpo Paul, ese pulpo tiene un lugar en nuestros corazones!
Y por supuesto, la presencia de Álvaro, el hijo de Vicente del Bosque, durante toda la celebración, saltos con la copa, incluidos. Álvaro tiene síndrome de down. Del bosque siempre me cayó bien, tenía algo especial…. Y ayer descubrí que era… su ternura, su amor…como miraba a su hijo (para él más importante que ninguna copa o victoria) Lo reconozco, ¡¡lloré de la emoción!!

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